Musas de este otoño
22 de noviembre de 2007
Sí, hace más de un año que me han abandonado las musas. Pero me asalta una duda: ¿son ellas las que me han abandonado? Tengo serias dudas que hayan salido corriendo.
Quizás solo están durmiendo o quizás yo soy quien ha dejado de sentirlas.
Lo último que puede escribir era muy duro. Y hasta este momento en el que estoy ahora, bien pudiera parecer que lo que me ocurrió fue realmente definitivo. Debió serlo a juzgar por la distancia. Algo debió de morir entonces.
No hace mucho escribí que me habían abandonado las musas, pero, ha sido nombrarlas y empezar a tener un vago recuerdo de lo que hacían; de lo que me hacían contar, escribir, mirar.
Porque queriendo en cierta medida volver a los territorios del alma, no creo que deba impedir que sean ellas quienes vuelvan a orientarme, a mover el sentido en la dirección de mis manos y comenzar de nuevo a mirar el horizonte.
Serán ellas quienes decidan despertarse del largo sueño, serán ellas quienes, en última instancia, prenderán el faro de este acantilado desde el que quiero volver a mirar hacia dentro, volver a mirar hacia afuera…